jueves, 8 de enero de 2015

EL CARBONO 14 Y LA ARQUEOLOGÍA

A veces, cuando vemos las noticias o leemos el períodico, se dice..."ha sido encontrada una tumba que tiene 4500 años"...y entonces pensamos..." ¿4500 años?...¿Cómo pueden saber eso?". Otras veces, la noticia dice..."los huesos han sido datados por carbono 14"...y entonces la confusión es aún mayor...."¿que será el carbono 14?"
Pues bien, existen dos maneras de datar para las cronologías más recientes de la prehistoria (Neolítico, Calcolítico y edad del Bronce). El primer método es el llamado "relativo" y se asocia a unos materiales arqueológicos (cerámica normalmente) de la que se conoce perfectamente su localización en el eje temporal que manejan los arqueólogos. Para que nos hagamos una idea, sabemos que los diferentes tipos de envase de Coca-Cola se pueden corresponder con los años 50, 60 o 90 dependiendo de la forma de la botella o de la forma de las letras por ejemplo. Pues en arqueología también conocemos de qué época es cierto tipo de cerámica. Por ejemplo, cuando aparece cerámica con decoración cardial en una tumba o el nivel de una cueva, sabemos que éste pertenece al Neolítico antiguo (consultar la entrada anterior, del día 07/01/2015).

El segundo método de datación es el "absoluto". En él se utilizan técnicas complejas realizadas por físicos y químicos, en laboratorios especializados. El sistema más utilizado es el famoso carbono 14. Y aunque pueda parecer complicado...es más sencillo de lo que pensamos. En este método sólo se puede intentar conocer la edad de elementos que estuvieron vivos, como por ejemplo el hueso de un animal o persona, el carbón de madera (no mineral) o una semilla por ejemplo. Lamentablemente no podemos utilizar este método para datar una piedra o una pintura, para eso hay otros sistemas mucho más complejos que no trataremos aquí.

A finales de la década de 1940, un científico llamado Willard Libby descubrió que los materiales que estuvieron vivos perdían un elemento de su estructura (el isótopo carbono 14) de manera constante, la misma cantidad cada año después de su muerte. Él entendió que si, por ejemplo, un hueso tenía una cantidad de 100 isótopos de carbono 14 justo en el momento de morir, si contaba hacia atrás qué parte de este isótopo había perdido, podría saber qué edad tenía ese elemento. Los laboratorios actuales, mucho más rápidos y modernos que entonces, lo que hacen es calcular cuanta cantidad conservan de este isótopo para conocer qué edad tiene el hueso o carbón vegetal que han recibido para datar.

Cómo se forma el carbono a partir de los seres vivos  (Wikipedia Imagen CC)


En una excavación arqueológica, los arqueólogos deciden qué muestra de materia orgánica les gustaría datar, para conocer mejor el nivel que se ha documentado y poder contextualizarlo asignándolo a un periodo concreto de la prehistoria.


Por desgracia, el carbono 14 no es perfecto. Funciona muy bien durante parte del Paleolítico, la prehistoria reciente (Neolítico, Calcolítico y edad del Bronce) y épocas más recientes. Sin embargo, no sirve para remontarse muchos más años. Todo el carbono 14 acostumbra a perderse en un límite de 40.000-50.000 años y ya no sirve para datar. A partir de estas cronologías hay que utilizar otro tipo de técnicas...pero ya hablaremos de eso otro día.

EL CALCOLÍTICO A TRAVÉS DEL POBLADO LOS MILLARES (ALMERÍA)


           Cuando hablamos de Edad del Cobre o Calcolítico en la Península Ibérica, siempre utilizamos como referencia este poblado almeriense, Los Millares, que a su vez, da nombre a una cultura. 
En esta etapa de la Prehistoria Reciente, los grupos humanos alcanzan un gran nivel de desarrollo, lo que les permite una utilización más sistemática y diversificada del entorno. Esta estabilización en los modos de producción generan poco a poco una mejora económica que permitirá un rápido aumento demográfico. Es ahora cuando surgen los grandes poblados, la sociedad se vuelve más compleja ya que empiezan a aparecer las primeras élites y se produce una especialización de funciones. Por otro lado, también asistimos a un cambio en el patrón funerario, pasamos de sepulturas individuales o dobles a sepulcros colectivos donde se entierra a todo el poblado por igual. Este cambio en el gesto fúnebre está evidenciando importantes cambios ideológicos y sociales en los grupos humanos. Es en este momento también cuando empieza a trabajarse el cobre y aparece la primera metalurgia. 

En el caso de Los Millares, podemos ver claramente cómo ha cambiado el patrón de asentamiento, que pasa de pequeños núcleos en cabañas a poblados de entidad con fortificaciones. 

Representación del poblado Los Millares (Wikipedia CC)





La situación geográfica del poblado es muy estratégica ya que se sitúa cerca de las minas de cobre de la Sierra de Gádor y al lado del río Andarax. Además, aprovecharon una colina para construir las diferentes áreas del poblado y así aprovechar las defensas naturales que proporciona. En la zona más baja es donde se construyeron las grandes murallas que defendían el poblado y aprovechando el llano, la necrópolis. Pero no sólo contaban con una línea exterior de muralla, dentro del poblado había más recintos amurallados, lo que se atribuye a esa jerarquización de la sociedad y a la necesidad de proteger a las élites.
El interior de las murallas estaba repleto de pequeñas casas de planta circular hechas en piedra. Éstas no medían más de 6m de diámetro y no tenían compartimentación interna. Dentro del poblado, también se halló una gran construcción de piedra de planta cuadrangular, diferente a las viviendas,  que se ha interpretado como el taller metalúrgico de los Millares, ya que se encontraron dentro muchos restos de cobre que evidenciaban un trabajo intensivo.
 
Taller metalúrgico de Los Millares (Wikipedia CC)
En las tierras circundantes al poblado, cultivaban cereales y legumbres y cuidaban de cabras, ovejas, cerdos y caballos. Pese a esta economía productiva estandarizada, aún practicaban la caza de animales salvajes.
Es en este momento también cuando se intensifican las redes comerciales que se habían ido tejiendo durante el Neolítico, llegando a intercambiarse productos de miles de kilómetros de distancia.
Por último, el mundo funerario de Millares. Aquí encontramos una variante muy peculiar que define a la cultura de Millares, los Tholoi. Se trata de una construcción muy similar a las estructuras megalíticas que hemos visto, pero sin esos grandes elementos de piedra. Los tholoi son unas estructuras circulares donde se depositan los muertos y a la cual se accede por un pasillo en el que también se pueden encontrar sepulturas si la cámara central ya está colmatada. Toda esta estructura se cubre de tierra formando una pequeña elevación. Es en el mundo de los muertos donde mejor se ve la estratificación social, ya que encontramos tholoi arquitectónicamente impecables, otros de factura más tosca y de menor tamaño, pero sobre todo en el ajuar que acompaña a los enterrados, en esos materiales es donde se aprecia el poder que tenía cada individuo en la sociedad. 


Maqueta de un tholos (Wikipedia CC)









miércoles, 7 de enero de 2015

LA CERÁMICA NEOLÍTICA

La cerámica cardial, primeras manufacturas en la Península Ibérica.

Cerámica, del griego Keramikós, que significa “lo que está hecho de arcilla”.

Las primeras cerámicas documentadas datan del Neolítico Antiguo y se localizan en Oriente Próximo. El inicio de la manufacturación cerámica está estrechamente relacionado con los cambios sociales y económicos que tienen lugar en esta época. Como ya hemos visto, en este momento el ser humano ha aprendido a domesticar las primeras plantas y animales y empieza a sedentarizarse. Muy pronto, esta producción agrícola se intensificará dando lugar a excedentes de grano que hay que depositar o almacenar en recipientes. Es entonces cuando surge la cerámica. Con el propósito de almacenar alimento y también en segunda instancia como elementos de vajilla.
El estudio de la cerámica se aborda tradicionalmente desde sus diferentes estilos decorativos, creando así tipologías cerámicas. Cada tipo cerámica sirve de igual manera como elemento de cronología relativa.
En la Península Ibérica la primera cerámica conocida en los yacimientos es la denominada Cerámica Cardial. Recibe este nombre por las decoraciones que se realizan con conchas marinas de la familia Cardium. 

Cerámica cardial (Cova de l'Or, Beniarrés, Alicante) (Licencia CC)





Cerastoderma edule (Licencia CC)

Detalle del patrón decorativo cardial (Licencia CC)


      La cerámica cardial se extiende por toda la cuenca mediterránea durante los milenios VI y V a.C. En el caso de la Península, es una decoración típicamente de influencia marina y no aparece en la meseta, siendo sustituida en esta área por la llamada cerámica impresa. Las más antiguas se encuentran en la costa catalana y valenciana.
Los mapas de distribución de los diferentes estilos cerámicos, son muy útiles ya que nos proporcionan información sobre el movimiento de grupos culturales, es decir, la difusión y contacto entre grupos humanos. De esta forma, podemos entender los movimientos de gente, de oriente a occidente, las primeras colonizaciones europeas y peninsulares, los nichos ecológicos escogidos con prioridad (cerca del mar) y también el potencial económico de cada grupo.