Pues hoy sí es mi último día.
He ido a la última clase de Historia del Arte, les he entregado los portafolios y he "cantado" las notas finales, que son la suma de: la actitud en clase, el portafolios, las exposiciones y el trabajo en grupo y la prueba final.
Las notas son bajísimas, han aprobado sólo 5 alumnos de 14. Y no porque lo hayan hecho mal, sino porque o bien no me entregaron el portafolios (sólo lo entregaron 6 de 14) o porque no vinieron el día de la prueba final y no justificaron la falta. Ante tal debacle, les he dado las gracias por su tiempo y esfuerzo y me he despedido de ellos deseándoles suerte para acabar el curso y en el futuro. Sólo una alumna se ha acercado a despedirse de mí, el resto se han marchado sin más.
No me lo tomo como algo personal, ni mucho menos, yo he hecho todo lo posible por ayudarlos a sacar buena nota, se lo he puesto muy fácil. Ellos son conscientes de que no se han esforzado, no sé si porque no me han tomado en serio, si porque han pensado que no les valía la pena o no sé qué cálculo habrán hecho.
En la sesión de evaluación que hicimos con el tutor y mi compañero de prácticas (que también le ha dado clase al mismo grupo pero de Historia de España) coincidíamos exactamente los 3 en las calificaciones, el rendimiento es el mismo en todos los casos. Tras estas observaciones, me siento frustrada por no haber podido motivar más a los alumnos y hacer que mis sesiones les pareciesen más atractivas o un respiro y una vía de escape.
Al final, me he despedido de los profesores con los que más contacto he tenido, y por supuesto de nuestro tutor. Ha sido un placer compartir estos 2 meses con ellos, unas prácticas muy reales, desde luego.